Cientificos reportan que con la administración de dosis mínimas de estradiol directamente en el hipotálamo es suficiente para incrementar de modo muy potente la temperatura corporal de los animales y reducir su masa corporal, como resultado de una estimulación de la producción de calor por el tejido adiposo pardo. Al contrario, la deficiencia de estradiol, una situación similar a la que se produce en la menopausia en mujeres, disminuye la activación del tejido adiposo pardo, lo que conlleva a un acumulo de grasa y al característico incremento de peso.
La acción del estradiol sobre poblaciones neuronales del hipotálamo regula el enzima AMPK y, como consecuencia de este efecto, produce una activación del tejido adiposo pardo, que incrementa su capacidad para oxidar grasa, estimulando el gasto calórico y la disminución de la masa corporal. Una de las particularidades de este tejido es que no almacena lípidos (al contrario que la grasa blanca), sino que los oxida para obtener energía, que a su vez se disipa en forma de calor. En resumen, la activación del tejido adiposo pardo por el estradiol ayudaría a producir calor corporal a partir de las grasas.